“Mira, señor, probablemente podremos resolver tu problema”. “Estimado cliente, esperamos cumplir con nuestras promesas de mejoras, en un plazo máximo de 30 días…”. “Si, existe la posibilidad de que seas contactado…”. “Sabes, estoy con la sensación de que...” ¿Usted ya haz leído mensajes como esta? Es posible que si, nuestro mundo está lleno de ellas. Incluso nuestro propio vocablo. “Posiblemente”, “quizás”, “yo quisiera que”, “es probable”… El Salmo 23, aquel bello texto bíblico que comienza con “El Señor es mi pastor; nada me falta”, termina con: “Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días”. Vea, el autor dice que es cierto. Como lo destaca el autor Max Lucado, no es: “Mira, posiblemente la bondad y el amor de Dios…” “Si, existe la posibilidad de que la bondad y el amor…” “Sabes, yo estoy con la sensación de que bondad y misericordia…” El texto no nos deja en dudas. Ciertamente me acompañan a lo largo de mis días. Y no es poco lo esta certeza se nos asegura. La Bondad